
Caja de Luz
Si te gusta fotografiar tus maquetas y juguetes, o estás realizando fotos de productos para venderlos o simplemente como disciplina fotográfica, necesitarás disponer de una correcta iluminación: suave, homogénea y omnidireccional, que ilumine correcta y completamente el objeto sin crear fuertes sombras. La forma más sencilla de conseguirlo es mediante una caja de luz, y la forma más barata es fabricarse una.
Materiales que necesitas:
1.- Una caja de cartón:
Puede ser de cualquier tamaño, pero es preferible que tenga la base cuadrada y que sea de un tamaño lo suficientemente grande como para que al colocar el objeto dentro de ella haya la suficiente separación entre el sujeto y las caras de la caja. Una anchura de 30 cm o más sería lo ideal.
2.- Tela:
Necesitamos un material translucido y homogéneo que nos permita transformar nuestra fuente de luz en una luz suave.
Una tela fina de algodón blanco nos puede servir perfectamente. Como sustituto podemos utilizar papel cebolla o, si queremos tener una caja de luz más robusta, metacrilato blanco.
3.- Cinta adhesiva:
Nos va a permitir pegar las telas a los laterales de la caja y cambiarlos si lo consideramos necesario. También nos permitirá cambiar los fondos a utilizar para nuestro objeto.
Si queremos algo más permanente podemos usar pegamento transparente.
4.- Luces:
Esta es la parte más cara de todo lo que vamos a necesitar. Si tienes algunas lámparas tipo flexo puedes utilizarlas durante la sesión de fotos y luego devolverlas a su lugar de origen.
Lo ideal es usar luces de bajo consumo que nos den una tonalidad de luz de día (en algunas vendrá indicado en inglés como Daylight), así nos aseguraremos que tenemos una tonalidad de color blanca. Una luz incandescente nos dará una tonalidad amarilla y deberemos contrarrestarla usando un balance de blancos adecuado.
5.- Herramientas:
Aparte de todos estos materiales necesitaremos algunas herramientas como: regla, lápiz, tijeras y/o cutter.
Fabricación paso a paso:
1.- Creación de las “ventanas”:
Cortaremos y eliminaremos las tapas de nuestra caja, y en los laterales haremos unas ventanas que las recorran casi por entero dejando un margen de al menos 5 cm con el borde de la caja.
Con un par de ventanas a los laterales de la caja tendremos ya unos buenos resultados, pero si queremos disponer de más luz y más homogénea, podemos realizar una tercera ventana en la parte superior.
2.- Colocación de las telas:
Pegaremos la tela en esas ventanas que hemos realizado, asegurándonos que no esté arrugada y se nos formen sombras. Si observamos que no difumina lo sufiente la luz, y que se sigue apreciando la forma y brillo de nuestras fuentes de luz quizás sea conveniente poner una segunda capa de tela o papel.
3.- Creación del fondo:
En la parte trasera de la caja y por la parte del interior colocaremos nuestros fondos. Éstos pueden ser de trozos de tela o bien unos folios de tamaño A3 para que sea lo suficientemente largo y no tengamos un borde definido en el fondo si no que tengamos un fondo continuo.
4.- Colocación de las luces:
Colocaremos las luces un poco alejadas de las “ventanas” de la caja para que la luz incidente “llene” completamente dichas ventanas y tengamos así una iluminación homogénea.
Si utilizamos iluminación halógena, deberemos de tener en cuenta que se suelen calentar después de un cierto tiempo de utilización y por eso deberemos de tener cierta precaución a la hora de manipularlas, y considerar si ese calor afectará al sujeto que vamos a fotografiar.
¡Ya está! Ya tenemos finalizada nuestra caja de luz y ya podemos trabajar con ella. Notaras como puedes hacer fotos de productos de manera casi profesional. La única consideración importante es cuando queramos fotografiar sujetos metálicos con la superficie especular. Para este tipo de objetos debes de asegurarte que tienes una caja de luz suficientemente grande para que el objeto quede totalmente “inundado” por la luz y no hay reflejos de los bordes de la caja en él. Quizás puedas considerar también la opción de cubrir la parte delantera de la caja con una tela blanca dejando únicamente un hueco para el objetivo de la cámara y así evitar aún más posibles reflejos de la cámara y de la habitación donde te encuentras.




